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El cultivo hidropónico es el sistema donde las plantas pueden prescindir del suelo para completar su ciclo vital. El cultivo del tomate hidropónico, se puede realizar de muchas maneras. Por ejemplo, con cultivo de raíz flotante, ya sea, con envases en los cuales, la raíz está sumergida o por el contrario, en envases con flujo continuo de nutriente que bañe sus raíces.

No obstante, el tomate se da mucho mejor en perlita,un material que permite su óptima aireación, distribución y crecimiento de todas sus raíces. Además, el tomate puede ser esterilizado a vapor para evitar sus posibles plagas.

Otra forma de cultivar el tomate es sobre sustrato sólido. Esta técnica se realiza con una serie de sistemas de bolsas con tubos de irrigación o en sistemas cerrados. Estos últimos presentan una serie de problemas porque pueden originar concentraciones tóxicas de sales, si no se asegura un buen sistema de drenaje.

Para el cultivo del tomate hidropónico, la humedad ideal deberá estar entre 65% a 75% en la noche y de 80% a 90% en el día, puesto que así, se mejorará el tamaño de los tomates hidropónicos.

En cuanto a las semillas, existen muchas variedades de tomate que generalmente son híbridos: Dombito, Belmondo, Caruso, Apolo, Larma, entre otras. Éstas semillas son algo caras, pero ofrecen excelentes resultados en su producción y germinación.

Para su optima germinación, se puede realizar en bandejas con mezclas sin tierra, como arena de río, perlita, o cascarilla de arroz. Los semilleros deben estar expuestos a la luz solar directa para asegurar que germinen de forma adecuada.

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