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La alfalfa constituye una de las mejores opciones para la rotación de cultivos extensivos, un excelente precedente del cereal de invierno y altamente rentable. Como planta vivaz y protectora, disminuye la erosión producida en las zonas semidesérticas y corta el ciclo de las enfermedades del trigo y la cebada.

Es uno de los cultivos más valiosos para la alimentación del ganado, tanto en pastoreo directo como en las distintas formas en que su forraje puede ser conservado. El valor de la alfalfa radica en su alto potencial de producción de materia seca, alta concentración de proteína, alta digestibilidad y un elevado potencial de consumo animal. A esto debe sumarse su alto contenido de vitaminas A, E y K o sus precursores, y de la mayoría de los minerales requeridos por el ganado productor de leche y carne, en especial calcio, potasio, magnesio y fósforo.

La alfalfa, elección estratégica

Ventajas de la alfalfa en las rotaciones de cultivos extensivos: Esta leguminosa no necesita abono, ya que fija el nitrógeno del aire y lo redistribuye incluso a los cultivos implantados después. Enterrada tras tres años, restituye de 40 a 60 unidades para la campaña siguiente, y sus aportes permanecen durante varios años. Además la alfalfa tiene un fuerte poder competitivo, disminuye sensiblemente la competencia de las malas hierbas.

Una alfalfa de gran calidad se produce en el altiplano al este de Andalucía, en la zona de Galera, En este lugar, el riego con las aguas limpias del río Galera procedentes de La Sagra (una de las sierras más altas de Andalucía), la temperatura y la pluviometría, dan a esta comarca las condiciones óptimas para el cultivo.
¿Cuándo cortar la alfalfa?

Para la determinación del momento del corte del cultivo de la alfalfa se deben considerar los patrones de crecimiento que definen la cantidad y calidad del forraje producido. A medida que avanza el estado de madurez de la alfalfa se produce un aumento en la cantidad de forraje acumulado, en detrimento de la calidad de la misma, disminuye la proporción de hojas, el contenido proteico, la digestibilidad y el consumo por parte de los animales, aumentando la proporción de lignina sobre la fibra, más tallos que hojas y los problemas de enfermedades foliares.

La alfalfa es un cultivo muy extendido en los países de clima templado. La importancia del cultivo de la alfalfa va desde su interés como fuente natural de proteínas, fibra, vitaminas y minerales, hasta su utilidad como cultivo conservacionista de la fauna, junto a la importante reducción energética que supone la fijación simbiótica del nitrógeno para el propio cultivo y para los siguientes. Por ser una especie perenne, su cultivo aporta elementos de interés como limitador y reductor de la erosión y de ciertas plagas y enfermedades de los cultivos que le siguen en rotación.

Fuente: TRAXCO

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