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Hace muchos años que se viene hablando que la próxima gran guerra será por el agua, pues bien, no estamos muy lejos de eso. Aunque aún no se inicia la temporada de riegos en Chile, ya se han denunciado robos por agua, así lo indicó Margarita Letelier, presidenta de la Junta de Vigilancia del río Ñuble. 
Por estos motivos es que los agricultores de la zona han pedido a la Secretaria Regional del Ministerio de Agricultura el resguardo policial de los causes para esta temporada.

Otros temas de relevancia que se trataron fueron los acuerdo con la Comisión Nacional de Riego (CNR) para programar un concurso destinado a la construcción y profundización de pozo para este año 2013. También se concordó en la importancia de mantener actualizada la información agroclimática entre las organizaciones de productores con el fin de que puedan tomar decisiones oportunas para sus actividades agropecuarias y se gestionará ante la Dirección General de Aguas (DGA) la factibilidad de realizar un estudio que permita conocer la real disponibilidad de aguas subterráneas en el área agrícola de la región. 

Un aspecto de importancia es la asociatividad de las organizaciones para resolver temas hídricos de sus plantaciones. Y hay señalar que para los cereales como trigo, avena y cebada, no se ven problemas mayores, ya que sólo necesitan agua hasta diciembre, pero no ocurre lo mismo con la remolacha, maíz, arroz y papas, por ejemplo que tienen alta demanda de agua en pleno verano.

En uno de los escenarios mas crudos que se puede presentar en torno a este tema, se puede decir que el recurso hídrico desatará la siguiente guerra mundial. Pero más allá del problema de abastecimiento, el tema radica en una mala distribución y baja eficiencia de uso de este bien tan preciado. Aunque algunos atacan directamente al problema del calentamiento global y la rápida desertificación, otros atacan la directa comercialización de los causes. Es por todo esto que la Organización de las Naciones Unidas para la  Alimentación y la Agricultura (FAO) recomiendan la recolección de aguas lluvias y mejorar los sistemas de riego. 

Volviendo a la región, el Seremi confirmó a la prensa que el caudal del Ñuble es sólo un 58,5% de lo habitual en esta fecha y que el déficit de precipitaciones se mantiene en 27%, a pesar de la última lluvia: “En todo caso ya entramos en la fase climática de El Niño que implica más altas temperaturas y más lluvia”.


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