El 2 de febrero es el Día Mundial de los Humedales, fecha en que se firmó en 1971 el Convenio sobre los Humedales, a orillas del Mar Caspio, en la ciudad iraní de Ramsar.
Uno de los principales logros de este Convenio, también llamado Ramsar, ha sido la creación de la lista de humedales de importancia internacional. Dicha lista está compuesta por 1912 humedales de 160 países con una superficie de 186.963.216 hectáreas (enero 2011).
Para este año el lema es "Los Humedales y los Bosques"
La mayoría de las zonas húmedas de importancia internacional, protegidas por el Convenio Ramsar, cuentan además con otras figuras de protección (parque nacional, parque natural o ZEPA), pese a lo cual sufren graves problemas de conservación.
Casi la mitad de las zonas húmedas se encuentran gravemente alteradas. Especialmente afectados se encuentran los humedales costeros, ya que buena parte de ellos fueron en su día ocupados en las ampliaciones de poblaciones, por infraestructuras turísticas y carreteras. Pero también los humedales interiores están muy alterados, principalmente por los cultivos, ya que una cuarta parte de los humedales están rodeados de cultivos y un 20% de ellos se encuentran cultivados parcial o totalmente. Otra grave amenaza es la mala regulación hídrica, ya que casi un 10% de los humedales dependen de acuíferos sobreexplotados.
Si insuficiente es el estado de conservación de los humedales de importancia internacional el del resto de zonas húmedas españolas es lamentable. La falta de protección favorece el actual proceso de degradación de la mayoría de estas zonas húmedas y la consiguiente extinción de especies.
Las aves son sin duda el grupo más numeroso de especies afectado por la destrucción de las zonas húmedas, ya que casi la mitad de las especies que actualmente se pueden considerar en peligro de extinción dependen en mayor o menor medida de las zonas húmedas.
Especial mención merecen ocho especies de aves: avetoro, garcilla cangrejera, cerceta pardilla, porrón pardo, malvasía, águila pescadora, torillo y focha cornuda. Todas ellas se encuentran en peligro de extinción, entre otras causas por la alteración y progresiva degradación de las zonas húmedas.
La caza de aves acuáticas y la intoxicación de las aves al ingerir perdigones de plomo son otras amenazas ligadas a la falta de protección de los humedales.
Fuente: ecologistasenaccion.org
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