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Vinos sustentables o sostenibles: ambos términos se usan, aún cuando en español, el segundo debería ser el correcto. Se refieren a vinos cuyos procesos de elaboración, desde el viñedo hasta su comercialización, se llevan a cabo pensando en el futuro del planeta y de sus habitantes. Es una manera voluntaria de mejorar en el corto y largo plazo el medio ambiente, así como las condiciones de vida de sus comunidades o trabajadores (también llamado RSE). El ser sustentable o sostenible también implica que el negocio debe ser rentable a largo plazo. En Chile nuestros vinos pronto serán clasificados y sellados como Sustentables, al someterse a una gran lista de actividades recomendadas contenidas en un nuevo Protocolo de Sostenibilidad. Mientras más iniciativas lleguen a desarrollarse en una empresa, más puntos irán sumando año a año en su cartola de Sostenibilidad.

Ojo, no quiere decir que si un vino es sustentable, sus viñedos o bodega se manejen bajo las exigencias de certificación Orgánica o Biodinámica. Por lo general, las exigencias de sustentabilidad son de libre elección, y su trascendencia puede ir más allá del campo, como por ejemplo al preocuparse de tener un uso eficiente del agua y la electricidad en la bodega, o al embotellar el vino en recipientes más ligeros. Las exigencias de la agricultura orgánica o biodinámica no son electivas y no pueden cumplirse a medias, sus protocolos particulares exigen cumplir paso a paso al pie de la letra.



Ecofriendly: del inglés amigable con el medio ambiente. Por lo general, este término del marketing se refiere a todo producto o actividad que busca ser sustentable y que por lo tanto pretende no afectar negativamente el medio ambiente dentro del cual se produce, ni el de sus consumidores. Por eso puede implicar acciones muy diversas, como la reserva de un bosque cercano al viñedo, o el diseño de etiquetas y cajas de material reciclado.

Biodinámica: vida en movimiento. Esta filosofía de producción agrícola se basa en los principios del antroposófico austríaco Rudolf Steiner, formulados a consecuencia de la industrialización de los campos europeos, después de la Primera Guerra Mundial. Su desarrollo se basa en la influencia de los astros sobre los cultivos y toda forma de vida, así como en la diversidad de flora y fauna dentro de un viñedo, para evitar los monocultivos, también llamados desiertos verdes. Para ayudar a dar vida a la tierra y salud a las plantas, sus seguidores desarrollan una serie de preparados en base a hierbas y minerales que aplican según un calendario lunar en dosis homeopáticas.

Cultivo orgánico/uvas orgánicas: filosofía de producción agrícola que busca eliminar el uso de pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos o sintéticos en el viñedo, a la vez que promueve en el mismo lugar la diversidad de flora y fauna. Lo ideal, más no siempre así, es que los productos certificados como orgánicos aplicados al campo sean menos nocivos para el medio ambiente que los de origen químico.

Biodiversidad: concepto opuesto al monocultivo. Esto quiere decir que en un mismo ecosistema existe una gran diversidad de flora y fauna capaz de vivir en perfecta armonía y equilibrio. Bajo los principios de la biodinámica, esa diversidad de vida da salud y sostenibilidad a un ecosistema que a su vez es considerado como un ser vivo por sí mismo.

Ecoturismo: conjunto de actividades destinadas al esparcimiento al aire libre, con el fin de fomentar el disfrute, conocimiento y preservación del medio ambiente, asegurando su sostenibilidad en el tiempo.

RSE: Responsabilidad social empresarial o responsabilidad social corporativa es un término que se refiere al conjunto de acciones que diseña y realiza una empresa para contribuir activa y voluntariamente al mejoramiento de sus empleados y comunidad, el medio ambiente y su propia eficiencia económica. Es importante que una empresa no sólo se preocupe por cuidar el medio ambiente para las futuras generaciones, sino también por el bienestar de sus actuales empleados y comunidad. Suele implementarse para mejorar la imagen de una empresa.

Huella de carbono: es la forma de identificar y cuantificar, las de emisiones de GEI o gases de efecto invernadero medidas en emisiones equivalentes de CO2, que son liberadas a la atmósfera debido a nuestro quehacer diario o en la elaboración de un producto determinado. Poder cuantificar la huella de carbono de la producción y distribución de un vino, permite a las bodegas tomar iniciativas efectivas para reducir sus emisiones de GEI y a su vez ahorrar costos. En un futuro muy próximo estaremos midiendo con la misma importancia, o mayor aún, la huella del agua de los vinos y otros miles de productos. Reducir el peso de las botellas, por ejemplo, es una manera eficiente de reducir emisiones de CO2 a la atmósfera y, a la vez, de bajar costos.

Por Mariana Martínez. Síguela en Twitter @MyMentrecopas.


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