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Alianza entre Consorcio Biofrutales y Programa de Mejoramiento Genético de uvas rinde primeros frutos. 

Tomó varios años de investigación. Sin embargo, hoy gracias a una alianza entre el Programa de Mejoramiento Genético de uvas de INIA(PMG) y el Consorcio de Biofrutales surgen los primeros frutos. Ante una asistencia entusiasta y participativa se presentaron las selecciones y variedades de uva, que fueron evaluadas y probadas de manera experimental y semicomercial por más de tres años en dependencias de INIA (Vicuña y La Platina) y en parcelas de productores de Los Andes, Llay Llay y El Tambo. 

Día de campo en Vivero El Tambo de propiedad de Samuel Escalante dio cuenta de lo que fue este proceso de investigación y de fructífera alianza con un impacto directo en el sector productivo. 

Como un regalo se puede considerar uno de los hallazgos de la investigación más importantes ocurrido en el último tiempo para la uva de mesa. Un rubro, que en el último tiempo sabemos ha debido enfrentar momentos difíciles producto de una disminución en su rentabilidad, lo que ha derivado en precios más bajos, costos crecientes y baja productividad. 

Recordemos que el año 2006, INIA se asoció a un grupo de empresas privadas y otras instituciones de investigación bajo un Consorcio Tecnológico, Biofrutales cuyo objetivo fue precisamente potenciar el desarrollo del PMG de uvas de INIA, asegurando los recursos necesarios e incorporando las necesidades de la industria en el programa de manera más comercial. 

Algunas de ellas registradas y otras en fase de desarrollo fueron recibidas con expectación por los productores de uva de mesa durante el recorrido que se hizo por cada uno de las hileras donde se llevaron a cabo los ensayos. Los investigadores Manuel Pinto y Carolina Uquillas junto con el encargado de los ensayos de Vivero El Tambo, Daniel Pérez fueron explicando in situ los atributos de cada una, destacando las que se proyectan como más promisorias. 

Cuando partió el proyecto escalamiento hace unos tres años se estableció un primer bloque de plantas que incluía cuatro selecciones avanzadas del programa de mejoramiento INIA (5.56-INIA, 5-INIA, 23-INIA, NN170-INIA) y una variedad INIA registrada el año 2006 (Ilusión). En una segunda etapa se establecieron 3 nuevas selecciones avanzadas (10NN-INIA, 78.8-INIA y 78.3-INIA). La doctora del INIA Carolina Uquillas asegura que si bien el proyecto escalamiento está mostrando esta temporada su primera fruta, “el equipo de mejoramiento genético de INIA siguió realizando evaluaciones en las 10-20 plantas mencionadas anteriormente, dando como resultado que en julio del 2011 la selección 5.56-INIA fuese registrada como variedad ante el SAG. Por lo que actualmente el Escalamiento incluye (6 selecciones y 2 variedades). Las selecciones avanzadas son 5-INIA, 23-INIA, NN170-INIA, 10NN-INIA, 78.8-INIA y 78.3-INIA, en tanto, la variedad son: Ilusión, registrada el año 2006 previo a la asociación con el Consorcio Biofrutales y la variedad: Iniagrape-one (denominada anteriormente 5.56), que fue registrada en julio del 2011, por lo que ya se constituye como variedad. 

La actividad comenzó con exposiciones técnicas en dependencias del INIA Rayentúe, VI Región de o´Higgins a cargo del doctor Manuel Pinto quien entregó los antecedentes del proyecto “Escalamiento comercial y desarrollo de paquetes tecnológicos para optimizar la competitividad de variedades chilenas de uva de mesa obtenidas por INIA”. Le siguió Carolina Uquillas, doctora en Mejoramiento Genético, quien presentó el programa de mejoramiento genético de vides, que actualmente se desarrolla en el marco del proyecto “Programa de mejoramiento genético para el desarrollo de nuevas variedades de uva de mesa en función del mercado nacional e internacional”, que tiene una duración de 10 años y un presupuesto de 2.800 millones de pesos (el año 2010 INIA y Biofrutales se adjudicaron este proyecto financiado por Innova Corfo). 

Uno de los momentos más emotivos fue el sentido reconocimiento y homenaje que le brindó el grupo Vid del INIA al investigador Jorge Valenzuela, impulsor de la introducción de nuevas especies y variedades frutales a Chile como el arándano, el pecano, el pistacho, la macadamia, y en forma destacada, el avellano europeo. Asimismo, fue el iniciador del Programa de Mejoramiento Genético de vides de INIA y el obtentor de todas las selecciones que en la actualidad están siendo escaladas comercialmente. 

Durante el día de campo, en nombre del grupo Vid del INIA, Manuel Pinto le brindó este reconocimiento por la labor realizada en el desarrollo de nuevas variedades para la viticultura nacional, siendo aplaudido por la asistencia. 

Los asistentes se desplazaron a viveros El Tambo, donde se hizo una presentación de las selecciones y variedades INIA a escala comercial. Fueron ocho las selecciones avanzadas del programa de mejoramiento INIA de las cuales dos son variedades: Ilusión (registrada el año 2006) e Iniagrape-one (registrada el 2011). 

Este programa, explica Carolina Uquillas, busca aportar productos que hagan competitiva la industria nacional y en este sentido nos enfrentamos con proveedores de variedades de todo el mundo. “Nuestras variedades deben ser tan atractivas para la industria como lo podrían ser variedades de USA o Europa ya que la industria chilena compite en el mundo y nuestras variedades deben aportar en esa arena”. 

Destacó la participación del sector privado, para quienes fue muy valioso familiarizarse con el productor en fase de desarrollo, generando un importante aporte al sistema de selección de los mejores genotipos. En este sentido Horacio Parra valoró esta iniciativa porque en la Agrícola Brown tuvieron excelentes resultados con algunas de ellas. Además, dijo, “estos temas son relevantes para la futura conformación de un centro de la uva de mesa en el Valle del Aconcagua, una zona que requiere de la investigación para continuar resolviendo los problemas y limitaciones que presenta nuestro valle”. 

Mención especial tuvo la variedad de uva de mesa del INIA, Iniagrape-one (se registró en julio del 2011) la que será sublicenciada a los viveros socios de Biofrutales para su propagación comercial. Carolina Uquillas menciona algunos de sus atributos. “Se trata de una uva de mesa de cosecha entre Thompson y Crimson en el Valle de Aconcagua, de color negro-azulado, con calibre promedio de bayas de 21-22 mm, de buena respuesta a ácido giberélico, buena poscosecha y fácil manejo del racimo”. 

Esta uva negra reúne varios méritos técnico-agronómicos entre los cuales se destacan además sus buenas cualidades organolépticas. Los potenciales socios comerciales han emitido opiniones muy favorables sobre esta nueva variedad y anticipan que puede cubrir importantes nichos de mercado entre las variedades de uva de mesa negras, con gran potencial de exportación a los mercados de Asia, Países Europeos y los Estados Unidos. 

A juicio de Carolina Uquillas, “contar con variedades propias va a tener un impacto positivo para nuestro país ya que va a disminuir la dependencia de tecnología y va a posibilitar entrar a los mercados con nuevos productos que en este caso no solo se trataría de la fruta en sí, sino que además de la exportación de la genética y el know how que debe acompañar la introducción de una nueva variedad en cualquier parte del mundo”. Asimismo, tener nuevas variedades posibilita el cobro de royalties por su propiedad intelectual, lo que genera ingresos al país y a las instituciones y asociados. 

Desde el año 1986 INIA cuenta con un Programa de Mejoramiento Genético de Uva (PMGU), siendo pionero en esta iniciativa a nivel país. Si bien Chile es el principal exportador mundial de uva, la industria de la uva de mesa es altamente dependiente de programas de mejoramiento genéticos extranjeros ya que las principales variedades exportadas son de origen foráneo, reflejando esto una debilidad nacional. A partir de entonces INIA ha venido desarrollando el mejoramiento genético, liberando el año 2006 tres nuevas variedades de uva (Ilusión, Isela y Alba rosa). 

Al mismo tiempo, esta asociación permitió potenciar capacidades en la transferencia de estas tecnologías con empresas especializadas en el tema. 

El proyecto “Programa de mejoramiento genético para el desarrollo de nuevas variedades de uva de mesa en función del mercado nacional e internacional”, aseguró diez años de financiamiento al Programa de Mejoramiento Genético de INIA, y persigue como propósito ampliar la generación de selecciones avanzadas y variedades de vid que posteriormente se podrán escalar a nivel comercial. En el proyecto participa INIA y el Consorcio de Biotecnología Frutícola y cuenta con financiamiento de Innova CORFO. 

El consorcio de Biofrutales valoró esta iniciativa no sólo la investigación per se sino que también por las implicancias comerciales que significa contar con este producto para los mercados nacionales. Rodrigo Cruzat, aseguró que “la innovación no se hace un solo lugar o con un solo equipo de gente, sino que se hace con varios grupos de trabajo, en distintos países, y cuyos desafíos técnicos y comerciales son cambiantes. Biofrutales busca ser el ente rector, coordinar de estas iniciativas, y asegurar al mismo tiempo que los recursos lleguen en cantidad y oportunidad para generar los resultados esperados”. En este sentido Biofrutales no es una empresa que comercializa o una oficina de transferencia sino que biofrutales busca ser quien identifica la necesidad del I+D (en conjunto con los investigadores y la industria), encarga esa investigación y luego la acerca al mercado.

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