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Las algas marinas tienen una decena de usos: la industria alimenticia las utiliza para hacer lácteos, las firmas energéticas para producir biocombustibles y cosmética para crear cremas. Ahora, un grupo de científicos de la U. de Santiago (Usach) acaba de encontrar en ellas un nuevo beneficio: algunos de sus componentes permiten que los árboles y plantas crezcan más rápido, lo que podría tener un gran impacto en la industria forestal como en la reforestación de bosque nativo y comunitario.

Tras cinco años de investigación, el laboratorio de Biotecnología Marina de la Facultad de Química y Biología de la Usach junto a la empresa biotecnológica Sirius Natura, desarrollaron una serie de compuestos derivados de algas marinas rojas para estimular el crecimiento y desarrollo de árboles y plantas, logrando acelerar el proceso de crecimiento y fotosíntesis en un 25%. "No existe ningún compuesto hasta ahora capaz de estimular el crecimiento de plantas y árboles por aumento de la fotosíntesis y el metabolismo. Este sería el primero", explica Alejandra Moenne, quien lidera el grupo de investigación.

El compuesto denominado oligo-carragenano kappa (Karla) aumenta el crecimiento y desarrollo de eucaliptus en 25% en comparación a ejemplares sin acceso al compuesto, diferencias que según los investigadores se mantiene a través de los años. De hecho, según estimaciones de Moenne, el compuesto Karla disminuye el período de maduración de los eucaliptus en al menos dos años, de los 10 en que se demoran en estar listos para obtener la madera utilizada en la industria de la celulosa.

No es todo: la experta de la Usach dice que el compuesto protege, además, a las plantas contra diversos patógenos como virus, bacterias y hongos, tal como lo haría una vacuna en animales. "Fotosíntesis es sinónimo de fijación de CO2. Es decir, menos CO2 en la atmósfera, por lo que hay un triple beneficio de crecimiento, protección contra patógenos y depuración del aire de CO2", dice Moenne.

Las pruebas no sólo han mostrado utilidad en eucaliptus, sino también en árboles nativos como robles y coigües. "Es muy probable que funcione en otros árboles nativos, ya funcionó en roble y coigüe, por lo que podría ayudar a recuperar especies autóctonas", dice Moenne.

No es un abono

La materia prima para la elaboración de este compuesto es obtenido gracias a productores que recogen algas marinas rojas.

Estas algas son procesadas y de ellas se extraen los carragenanos, compuestos que se encuentran en las paredes celulares de las algas, los cuales son llevadas a laboratorio donde son cortadas en pequeños pedazos y procesadas hasta obtener un líquido concentrado, que debe ser diluido en agua para su aplicación sobre las hojas de los árboles y plantas.

La aplicación del compuesto sobre las hojas estimula la fotosíntesis, el metabolismo y la división celular, lo cual provoca el aumento de crecimiento. Para el equipo, aún es un misterio cuál es el mecanismo exacto por el cual el compuesto ayuda a aumentar la fotosíntesis en las plantas. Por eso mismo, aun investigan de qué manera Karla concentra su efecto, aunque ya patentaron el compuesto en Estados Unidos y Chile.

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