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El té de compost es el extracto líquido de compost de alta calidad que contiene microorganismos beneficiosos y nutrientes que le aportan a los cultivos vitalidad y fuerza para poder hacer frente a enfermedades y plagas, además fortalece el sistema inmunológico de las plantas. 

Su objetivo es tratar de evitar y/o reducir el uso de fungicidas, herbicidas, plaguicidas y fertilizantes químicos para suprimir plagas y enfermedades a través del té de compost. El té de compost protege los cultivos de plagas y enfermedades ya que reestablece la microflora de nuestro suelo, aumentando la calidad agroalimentaria y respetando el medio ambiente. 

Centros de investigación tan prestigiosos a nivel internacional como ATTRA en EE.UU o el Consejo Internacional de Té de Compost han demostrado los grandes beneficios que aporta el té de compost al sector de la agricultura, paisajismo y jardinería. Y dentro de sus principales beneficios, mejora la tolerancia al stress medioambiental de la planta. Inhibición de patógenos e infección, también mejora el ciclo de nutrientes de la planta, aporta vitalidad y fuerza a la planta.

La importancia de un suelo vivo
A medida que la raíz de la planta va penetrando el suelo, ésta produce unos pelos absorbentes llenos de nutrientes que atraen a los microorganismos. Estos microorganismos ayudan a alimentar a la planta y también sintetizan la materia orgánica en nutrientes disponibles para la planta. Se trata de un fenómeno simbiótico, un intercambio en el cual la planta proporciona células cargadas de azucares, almidones y proteínas a los microorganismos y éstos a su vez le ofrecen nutrientes sintetizados disponibles para las raíces de las plantas. Algunos de estos microorganismos como las bacterias fijadoras de nitrógeno producen o sintetizan nitrógeno o fósforo para dejarlo después disponible para las plantas.

¿Cómo hacer compost?

Para hacer compost puedes aprovechar los residuos vegetales del jardín y del hogar en vez de tirarlos a la basura. El compost es un abono orgánico que te servirá para mejorar la tierra del jardín y para alimentar tus plantas. Se dice que por cada 100 kg de restos orgánicos se obtienen 30 kg de abono, lo cual hace que ahorres fertilizantes químicos.

La forma más elemental es hacer un montón en un rincón del jardín o usar un cajón de listones de madera. 


A la hora de elegir el tamaño, siempre es mejor pasarse que quedarse corto. Deberás tener en cuenta datos como:
  • Cuántas personas viven en la casa.
  • Cómo es de grande el jardín o el huerto.
  • Si predominan árboles de hoja caduca, de hoja perenne, si hay césped, etc.
  • El consumo de frutas, verduras y ensaladas que tenéis en vuestro hogar. Si diariamente, si dos o tres días a la semana, etc.

Aparte del compostador o silo, precisarás herramientas para voltear, tijeras de poda para cortar ramas y una pala para extraer el compost hecho. Opcionalmente, te interesaría tener un termómetro de alcohol de hasta 100º (el de mercurio se puede romper y tendrías que tirar todo el compost) y un medidor de pH para tener más información sobre el estado del compost. 

Como materia prima para hacer el compost se puede usar hojas, césped, hortalizas, paja utilizada como acolchado, ramas podadas (si las pasas por una triturada mucho mejor), aserrín, etc. Las malas hierbas sólo si son anuales y no llevan semillas, porque las perennes que tienen estolones (ej. chépica) o rizomas, puede mantener su viabilidad y brotar posteriormente. También se puede agregar cenizas, bolsas de té, infusiones con papel incluído, cáscara de huevo, frutas, periódicos no impresos en color, yogures caducados, tapones de corcho, papel de cocina, aceite de aliñar, pelos, etc.

Lo que no debes agregar al compost por ninguna manera son:
  • Carne, huesos y pescado, porque producen malos olores.
  • Plantas y frutos enfermos o gran cantidad de vegetales podridos. Produce malos olores y putrefacción.
  • Los excrementos de animales domésticos y de personas. Lleva patógenos.
  • Ceniza y serrín de madera tratada o aglomerados. Colas y barnices. Esto es muy tóxico.
  • El resultado de pasar la escoba tampoco porque lleva metales pesados.
  • Por supuesto cualquier material que no sea orgánico y biodegradable: plásticos ,vidrio, etc.
Pasos a seguir para hacer el compost

De lo que se trata es de que esas hojas, ramas, césped, cenizas, etc. que echamos sean atacadas por microorganismos (bacterias y hongos) y se descompongan, fermenten, transformándose así en otro material con características distintas al original y muy bueno para el suelo y las plantas.

Primero debes hacer una capa inferior de materia la cual se hace con ramas más gruesas y no debe superar los 30 cm de alto. Mezcla varias capas de cortes de hierba con residuos de corteza de árboles, podas de tallos jóvenes y papel picado, en una proporción de 1:2. El estiércol del año anterior sirve como activador de la fermentación y se puede agregar al material, también en capas alternativas.

A continuación, riega.

Es interesante almacenar en otoño en un cajón o rincón hojas secas para mezclarlas con el césped en primavera y verano, que es más abundante, y equilibrar así material seco con verde. Los compostadores disponen de ventilación y aberturas para que funcione la descomposición. No deben estar cerrados herméticamente. 

La humedad resulta vital. Por último, una temperatura de 40-60ºC eliminará los gérmenes y posibilita que en 3 ó 4 meses tengas un compost de calidad.

El único cuidado consistirá en vigilar que no se pudra controlando la fermentación. De vez en cuando, toma un puñado de compost con la mano y apriétalo. Si escurre líquido, corre peligro de pudrirse. Incorpora material seco y dale forma de nuevo al montón. Y si se desmorona, se encuentra muy seco y debes humedecerlo. Remueve la mezcla una vez al mes para airearla. Y ya puedes usar tu compost para fertilizar tus plantas o obtener una infusión, conocida como Té de compost, el cual presenta una gran cantidad beneficios para tu huerta y jardín. 

Para ver si ya está en su punto, toma un puñado con la mano y deberá tener un color marrón o negruzco, olor a bosque y estar frío debido a la falta de actividad microbiana. No se debe reconocer nada de lo depositado hace unos meses, excepto los trozos de ramas, las cuales se separan con el tamiz o con las manos y vuelta a introducir al compostador para que continúe su proceso y sirva de estructurante.

Si no usas el compost de inmediato, puedes guardarlo en bolsas o sacos cerradas forma hermética. Si al estrujarlo desprende líquido, no lo almacenes en bolsas, ya que podría descomponerse. El compost obtenido se aplica al suelo una vez al año, en otoño o, en el caso de climas cálidos, en invierno. Puedes dejarlo sobre la superficie (5cm.) a modo de acolchado o si no, incorporarlo. Para macetas debes pasarlo antes por un tamiz fino.

Via. InfoJardin

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