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Los pulgones son insectos homópteros que chupan la savia de las plantas. Aparecen en grandes cantidades y es habitual que se asocien con hormigas, ya que éstas se alimentan de la sustancia azucarada (melaza) que segregan aquéllos y éstos a cambio son protegidos de sus depredadores.


Son pequeños, de no más de pocos milímetros, y su morfología es variada, siendo normalmente redondeados u ovalados. Los hay de varios colores, verde, amarillo, rojo, negro... . Pueden tener alas o no, dependiendo de la especie, y presentan dos generaciones: una de hembras partenogénicas (se reproducen sin la necesidad de ser fecundadas por machos) que se dedican a aumentar la población hasta el fin del periodo favorable y una segunda generación mixta de machos y hembras.


Los pulgones, al igual que la mayoría de insectos chupadores, se sitúan en el envés de las hojas donde se localizan los estomas, microcavidades donde la pared celular es muy fina para facilitar el intercambio de O2 y CO2, debido a esta delgadez les es muy fácil atacar a la planta desde allí. El haz en cambio es totalmente impermeable y por tanto inaccesible para el pulgón. Por tanto para vigilar la posible presencia de pulgón en nuestro huerto habremos de mirar en el envés de las hojas si queremos prevenir y poder coger cualquier invasión a tiempo.

¿Cómo afecta el pulgón a mis plantas?


El pulgón chupa y se alimenta de la savia de las plantas robándole agua y nutrientes pudiendo llegar a debilitarlas enormemente. Pero no es este el principal agravio causado, el principal problema provocado tiene su origen en la melaza que segregan los pulgones para sobornar a las hormigas, y es que éste es caldo de cultivo de multitud de hongos y bacterias que pueden meter en serios problemas o incluso matar a nuestra planta.

¿Por qué le ha cogido manía el pulgón a mi huerto?

Si aparece pulgón en exceso es el momento de plantearse ¿qué estamos haciendo mal?. Probablemente nos estaremos equivocando en alguna práctica, ya sea riego en exceso o déficit, exceso de abonado líquido (exceso de nitrógeno), temporada inadecuada, falta de sol o exceso, baja biodiversidad (monocultivos, la panacea de la debilidad)... el caso es que el pulgón es un síntoma de debilidad de la planta causada por cualquiera de estos motivos. Así que el primer paso será identificar para luego corregir la mala práctica.

Por tanto prevención

La prevención contra una plaga se basa en hacer las cosas bien: un riego adecuado a la planta y al clima, un abonado orgánico sólido de liberación lenta, ceñirse a los calendarios de siembra recomendados, orientar correctamente nuestro huerto para obtener las horas de sol necesarias y sobretodo elevar lo máximo posible la biodiversidad, plantando el mayor número de plantas posibles y atendiendo a compatibilidades entre ellas, lo que fortalecerá mucho la resistencia de nuestro huerto a todo tipo de plagas y enfermedades, posibilitando la vida también de mayor variedad de bichos beneficiosos.

También es importante la vigilancia, cuanto más asiduamente observemos el estado de salud de nuestras plantas, miremos el envés de las hojas y su vigorosidad; menor será el riesgo de padecer cualquier plaga y más efectiva será la retirada manual .

Recuerda que el objetivo no es “eliminar” al pulgón, sino evitar que nuestro huerto sufra demasiados daños sin colmarlo de insecticidas ni productos químicos agresivos. Un poco de pulgón no hace daño y mantendrá las poblaciones de mariquitas y crisopas que regularán su población.

Y si a pesar de todo esto me encuentro con una plaga...

Si los métodos de prevención fallan y las poblaciones de pulgón corren peligro de descontrolarse probablemente tengamos que recurrir a algún producto ecológico de protección frente a plagas que ayude a la planta a combatir al parásito, detener y eliminar la plaga.

Lo ideal sería retirar el pulgón manualmente siendo la técnica más inocua, lo podemos hacer si es poco el pulgón que tenemos y mucha nuestra paciencia pero resulta complicado ya que es un insecto muy pequeño y su retirada minuciosa se antoja prácticamente imposible por pequeña que sea la escala de nuestro huerto a no ser que nuestra vigilancia sea casi diaria y muy precisa.

Uno de los productos más efectivos en la lucha contra el pulgón es el jabón potásico, éste tiene la propiedad de reblandecer el exoesqueleto de los insectos, éstos quedan muy debilitados y acaban muriendo, además es un producto natural e inocuo para la salud. 

Después de haber usado el jabón potásico, aproximadamente una hora después, viene muy bien aplicar el aceite de neem, se trata de un insecticida natural que se extrae del fruto de este árbol, que actúa frente a una amplia gama de plagas como: mosca blanca, minador, araña roja, trips, pulgones, piojo, escarabajo de la patata, chinches… La acción conjunta de jabón potásico y neem hace que sea todavía más efectivo el tratamiento.

A continuación también se puede aplicar un producto de limpieza para eliminar la melaza, atrayente extraordinariamente efectivo de hongos y bacterias perniciosas para la planta, estos productos suelen además llevar desinfectantes que protegerán la planta y eliminarán hongos y bacterias. 

Otra opción igual de válida es la utilización de productos ya preparados que son totalmente ecológicos y que previenen y combaten a la mayoría de plagas que pueden atacarnos, como los que emplean la técnica de la homeopatia, que diluye un insecticida hasta el infinito quedando sólo una traza de éste totalmente inocua pero efectiva en la lucha contra los insectos. También hay productos basados únicamente en esencias vegetales protectoras. 

Como solución casera funciona muy bien el ajo, machacándolo y diluyéndolo en agua se aplica en toda la planta, siendo una buena defensa contra todo tipo de insectos y hongos.

Podemos meter la disolución preparada en un aerosol para una cómoda aplicación.

… no es mala su intención

El pulgón no es “malo”, existe en la naturaleza en consonancia y armonía siempre y cuando el hombre no desajuste la balanza. Así que ánimo, siempre tenemos cosas que aprender de la naturaleza y mantener el equilibrio ecológico de nuestro huerto puede ser un logro digno de sonrisas más que meritorias.

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