Damar López-Arredondo |
México.─ El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) reconoció a la investigadora mexicana Damar López-Arredondo como la “Innovadora del Año” por su trabajo en el desarrollo de cultivos genéticamente modificados para optimizar el uso de fertilizantes.
Además de este reconocimiento, otorgado por el MIT a través de su revista Technology Review, López–Arredondo, estudiante de doctorado en biotecnología de plantas e ingeniería genética del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), también fue nombrada como uno de los diez innovadores mexicanos más brillantes menores de 35 años, gracias a la investigación que realiza en el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), del Cinvestav Irapuato, bajo la asesoría del científico Luis Herrera Estrella.
El proyecto de la experta en ingeniería genética consiste en utilizar herramientas moleculares para crear “plantas eficientes” capaces de absorber para nutrirse y crecer, un compuesto mineral derivado del fósforo llamado fosfito, el cual ni las malezas ni los microorganismos del suelo pueden utilizar, lo cual elimina la competencia por este nutriente.
De acuerdo con la estudiante del Cinvestav, el desarrollo de “plantas eficientes” y el empleo del fosfito, ayudarían no sólo a disminuir de entre 30 a 50 por ciento la cantidad de fertilizante utilizado, sino también se reduciría el uso de herbicidas que se emplean en el control de malezas, pues éstas no tendrían cómo alimentarse.
La investigadora recordó que actualmente la producción actual de alimentos requiere alrededor de 50 millones de toneladas de fertilizantes fosfatados, que tienen un costo de casi 50 mil millones de dólares. Con base en estas cifras y considerando que cada año se incrementa un 2 por ciento; a ese ritmo, advirtió que en 100 años las reservas de fósforo estarán agotadas, lo que también generaría una crisis alimentaria si no se desarrollan tecnologías para disminuir su consumo.
Damar López–Arredondo destacó que de implementarse de manera global el uso de esta tecnología, el consumo de fertilizantes fosfatados se vería disminuido en 20 o 30 millones de toneladas por año; se reduciría entre 100 y 150 dólares por hectárea los costos de producción para el agricultor, y por ende, los precios de los alimentos bajarían, además que se beneficiaría al medio ambiente.
La especialista comentó que actualmente el proyecto se encuentra en la fase experimental, y están haciendo pruebas en invernadero con plantas modelo como Arabidopsis thaliana y tabaco, ya que para llevar esto al mercado faltan aproximadamente cinco años de experimentación.
“Esta investigación es algo que impactará la agricultura a nivel mundial, y es bueno que se reconozca que en México hacemos cosas bien y cosas buenas”, apuntó Damar López-Arredondo.
Via: 2000 Agro
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