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El Director General de FAO, José Graziano da Silva, desafió al mundo académico a que se involucre en la investigación de la pobreza rural y el negocio de alimentación y la agricultura en lo que respecta a los productores de pequeña escala, investigación que considera fundamental y de gran importancia política, en un discurso pronunciado hoy en Lisboa en el Congreso Mundial de Sociología Rural.

"Uno de los grandes desafíos que tenemos hoy en día es utilizar los conocimientos académicos para entender y mejorar la vida de las poblaciones rurales de todo el mundo", dijo Graziano da Silva. "Para ello -añadió-, tenemos que ver la realidad fuera de los muros de la universidad".

Después de explicar con detalle lo que la FAO considera que son los problemas más urgentes en la lucha contra el hambre y el subdesarrollo rural -desde la inseguridad alimentaria, las deficiencias de nutrientes y los alimentos nocivos a la competencia desigual entre los productores a pequeña y gran escala-, el responsable de la FAO, que procede él mismo del mundo académico y cuenta con varias publicaciones, pidió a los académicos que desempeñen el papel que les corresponde.

Señaló las inversiones en la agricultura a gran escala -el acaparamiento de tierras-como área políticamente importante en que las universidades podrían investigar sobre los principios de las inversiones agrícolas responsables. Este tipo de investigación podría ser aprovechada por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, el principal foro global para debatir las cuestiones de seguridad alimentaria, subrayó Da Silva.

El responsable de la FAO señaló que la forma de integrar a los pequeños campesinos en las cadenas agrícolas y alimentarias debería ser otro motivo de preocupación académica, añadiendo que "existe una creciente concentración en la cadena agrícola y alimentaria, y esto tiene un impacto sobre los pequeños campesinos".

El mundo académico debe estudiar la cuestión de la gobernanza del sector de la alimentación y la agricultura, tanto a nivel global como local, y cómo lograr una distribución justa de los beneficios, dijo.

"Si queremos que más gente disfrute de una alimentación sana, basada en alimentos frescos, tendremos que reducir los costos de transporte y de almacenamiento, y también el desperdicio y la pérdida de alimentos", aseguró.

Graziano da Silva denunció que los mercados de trabajo rurales y las condiciones de trabajo son a menudo precarias, la legislación laboral está poco implementada y el acceso a la protección social limitado. "Todas estas cuestiones precisan una mayor claridad conceptual y propuestas prácticas de académicos y responsables de las políticas", concluyó.

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