Cada día que pasa desde que se desencadenó la crisis de la bacteria ‘E. coli’ (y ya van diez) es una jornada más de ruina para el campo murciano. Mientras continúan las investigaciones para determinar el foco del brote, que se ha cobrado ya 21 vidas en Alemania y una en Suecia, los agricultores, productores, exportadores y transportistas murcianos empiezan a enfrentar una situación que pasa de grave a crítica.
Los agricultores de la Región han comenzado a destruir miles de toneladas de hortalizas y frutas almacenas que se han echado a perder. Ya no queda espacio en las cámaras frigoríficas de las cooperativas para guardar las producciones que no han salido hacia Europa por el parón de los mercados. Y aunque lo hubiera, los productores son conscientes de que si el ’stock’ almacenado en los últimos diez días sale a la venta, el mercado quedará colapsado y los precios bajarán aún más. «No queda otra que retirar y destruir miles de toneladas, sobre todo de hortalizas. Las cámaras se llenaron hace días y no hay espacio. Y las ventas no terminan de arrancar», reconoce Pedro Lencina, secretario general de Coag. La Consejería de Agricultura ha activado el procedimiento para controlar la retirada de los productos hortofrutícolas y certificar así las cantidades exactas que destruye o retira cada productor. De esa manera, confían en justificar las peticiones de ayuda que la Comunidad gestionará ante el Ministerio de Medio Ambiente. Las dos administraciones han diseñado un sistema único de certificación para agilizar la retirada y otorgarle valor legal para exigir futuras compensaciones, y despejar las cámaras frigoríficas que han acumulado durante estos días un importante ’stock’.
Una vez certificado el producto por los técnicos de la Administración regional, se reservarán las frutas y hortalizas que estén en buenas condiciones para enviarlas a bancos de alimentos, comedores sociales y ONG. Otra parte de la producción se destinará a alimentación animal, y la tercera irá a parar a los vertederos habilitados y autorizados por la Comunidad para la biodegradación de los productos. Toda esa documentación será utilizada para tramitar las ayudas que previsiblemente comenzarán a perfilarse hoy, cuando los ministros de Agricultura de la Unión Europea estudien en una reunión extraordinaria en Luxemburgo la creación de un fondo «especial» para compensar al sector hortofrutícola europeo por las pérdidas sufridas a raíz de la crisis de la bacteria ‘E. coli’. «Lo que hace falta es que luego lo pague Europa», demandaba ayer Santiago Martínez, presidente de la federación de cooperativas (Fecoam).
Agricultores y productores recibieron ayer otro varapalo al conocer que tampoco la soja provoca el ‘mal de Hamburgo’, ya que los primeros análisis descartan que la bacteria proceda de la granja precintada. «Cada día de incertidumbre es un desastre para nosotros», se lamentaba el presidente de Proexport, Juan Marín, quien denunció además que algunos importadores europeos han comenzado a negociar los precios de compra a la baja aprovechándose de la situación de debilidad de los exportadores murcianos. «Saben que tenemos los almacenes llenos, que llevamos días parados, y han empezado a aprovecharse de la situación ajustando precios a la baja hasta un 20%», denuncia Marín, quien calcula que desde que comenzó la crisis, el sector ha acumulado unas pérdidas superiores a los cien millones de euros.
Fuente: www.portalfruticola.com
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