Recientes investigaciones vienen a corroborar que la muerte de las abejas está relacionada con el uso de plaguicidas; se ha detectado contaminación en la cadena alimentaria, en el suelo, en el polen y en las abejas muertas.
Sierra Club ha pedido a la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) que suspenda de inmediato la aprobación de uso del insecticida clotianidina, en base a las pruebas científicas que muestran contaminación de las abejas y el suelo.